Como os contamos en uno de nuestros blogs anteriores, desde el Califa hemos organizado una campaña solidaria en favor de los damnificados por el terremoto de Marruecos con la que conseguimos recaudar más de 6.000€ durante varios meses, procedentes de la recaudación de la sopa Harira del restaurante El Jardín del Califa y donaciones directas vía online.
Todos estos fondos han ido a favor de la ONG local Alp Atlas, cuyo objetivo es el de ayudar a paliar los daños sufridos en las aldeas del atlas marroquí tras el devastador seísmo que afectó a toda la zona el pasado mes de septiembre.
Y para ver in situ la labor solidaria que se está desarrollando sobre el terreno, nuestro director James Stuart, su hija Isabella Stuart y algunos miembros del staff marroquí de la empresa han viajado recientemente al país norteafricano.

Según comenta el co-fundador del grupo, James Stuart, “la idea original era desplazarnos con nuestro personal marroquí a las zonas afectadas con alimentos y ropa. Sin embargo, la ayuda nacional e internacional estuvo tan bien coordinada que llegó un punto en que las autoridades locales no aceptaban más donaciones, por lo que cambiamos nuestro enfoque por un proyecto a largo plazo, para ayudar a las escuelas de los pueblos del valle de Ouirgane y las montañas, en el Atlas marroquí”.
Tras una investigación previa, “decidimos colaborar con la ONG local Alp Atlas, dirigida por la enérgica Nadia Anmar, así que nos desplazamos hasta Asni (donde el 90% de las casas fueron destruidas) y luego a Ouirgane, para colocar estufas de leña en las aulas de las escuelas provisionales y permanentes, donde las temperaturas frecuentemente caen por debajo de cero en invierno”.

«Ha sido una gran satisfacción ver directamente la labor que están realizando ONG locales como Alp Atlas, sobre todo en esta zona del país, una de las más afectadas por la tragedia. Desde aquí queremos agradecer la solidaridad de todos los clientes y personas que han participado en nuestra iniciativa solidaria. Todas estas generosas aportaciones han permitido adquirir 38 estufas de leña fabricadas localmente en Khenifra», confiesa Khadija Essaadi, chef ejecutiva y gerente del restaurante El Jardín del Califa.
Coordinados por Khadija Essaadi y Nadia Anmar, directora de la ONG, «nos reunimos con las escuelas, los maestros y, por supuesto, los alumnos. En Ouirgane, las excavadoras habían estado trabajando duro, interminables parcelas vacías se podían ver en el pueblo donde una vez habían vivido tantas familias. Al acercarnos a la escuela, vimos un lado más optimista de la tragedia, niños bien alimentados y bien vestidos corriendo por el patio de recreo», añade James Stuart.

«Asni ya no era el grupo de casas, tanto de cemento como de ladrillo de barro, que recordaba. Al conducir a través del pueblo, la larga fila de tiendas de campaña, tuberías de pie y ambulancias contaban la historia 5 meses después del terremoto de cuánto daño se había hecho a la zona. En Ouirgane, las excavadoras habían estado trabajando duro, interminables parcelas vacías marcaban el pueblo donde una vez habían vivido tantas familias».

«Con 18 muertos en este pueblo solo, cada familia tenía una historia que contar, pero el director Mohamed Bouchant estaba optimista, contándonos lo rápido que los niños se habían adaptado a sus nuevas vidas con la mitad del pueblo viviendo en alojamiento temporal».

Casi todo el pueblo de Tinzer ha sido desplazado, en la imagen vemos cómo las vistas a través de los pueblos del Atlas, donde antes los edificios de adobe se camuflaban contra la roca roja, son sustituidas por tiendas de campaña y refugios de contenedores.
«Encontramos largas filas de tiendas de campaña y portacabinas con pegatinas que mostraban su origen, desde Kuwait hasta Holanda, Gran Bretaña y Alemania, entre otros. Los purificadores de agua eran prevalentes, pero había un sentido positivo de orden y organización en los dos pueblos de tiendas que visitamos. En dos pueblos, las escuelas eran de construcción cabañas de madera situadas en la ladera. Sin embargo, ninguna de ellas tenía algún tipo de calefacción y, a pesar del invierno sorprendentemente suave de este año, las temperaturas diurnas dentro de las aulas suelen estar por debajo de los 10ºc».
En el terremoto del pasado mes de septiembre casi tres mil personas murieron, más de cinco mil resultaron heridas y comunidades enteras fueron desplazadas de sus hogares. El epicentro estuvo cerca del pequeño pueblo de Asni en la provincia de Al Haouz, en las estribaciones del Djebl Toubkal, la montaña más alta de Marruecos con algo más de 4.000 metros.
Termina así la última aventura solidaria de Califa Vejer, una empresa que siempre ha mostrado un fuerte compromiso con causas sociales, culturales y medioambientales, sobre todo con los sectores de la sociedad más vulnerables.

Además del Grupo Califa, hay otras entidades gaditanas que han organizado iniciativas similares como es el caso del IES Casas Viejas (Benalup), que ha logrado recolectar más de 3.000€ en favor de la ONG marroquí Asociación Alghad. Así, un grupo de profesores y alumnos de bachillerato ha visitado la aldea de Tanisekt, dentro del municipio de Amagdal en la provincia de Ouirgane, para presenciar de primera mano la instalación de un aula prefabricada para la escuela de la localidad. También han llevado mantas, artículos educativos, tablets y otros enseres. E incluso han impartido talleres con los alumnos de la zona.
«Hemos vivido una experiencia muy impactante que vamos a continuar en el tiempo gracias a un convenio que hemos firmado con la Asociación Alghad. Este viaje solidario nos ha permitido ver la realidad, trabajar en ella e implicar a los jóvenes, introduciéndolos en el camino de la solidaridad», afirma Antonio Verdú, director del IES Casas Viejas.