La naturaleza marca los ritmos de la cocina de Khadija Essaadi, chef ejecutiva de El Jardín del Califa, restaurante que lleva ya varios años recomendado por la Guía MICHELIN. Su nueva carta incorpora los mejores productos frescos de temporada: atún de almadraba de Barbate, pomelo, membrillo, berenjenas, verduras baby, pomelo, y un largo etcétera. Desde ensaladas ligeras a platos más contundentes, sin olvidar los clásicos de la casa.
En un marco de ensueño, en pleno corazón de Vejer, dos culturas se dan la mano y se fusionan en la mesa para dar a luz un auténtico espectáculo para el paladar, que se disfruta con los cinco sentidos. La temporada de verano llega al restaurante El Jardín del Califa de Vejer con nuevas opciones aderezadas con el exotismo y el inconfundible sabor de la cocina del Medio Oriente y el norte africano, mezclados con los mejores ingredientes de la zona. Platos que son fruto de los viajes de Khadija por Oriente Medio y su país natal, Marruecos, así como recetas familiares «revisitadas, con un toque moderno», confiesa la chef.
La carta ha sido renovada con nuevos ingredientes estacionales y propuestas más frescas, siguiendo siempre nuestra premisa principal: ofrecer un producto ecológico de calidad, con una cuidada materia prima.
Uno de los platos estrella es el cous cous de atún de almadraba, un plato único que combina una de las recetas más populares de la cocina medio oriental con el atún salvaje de almadraba, llamado el oro rojo del Atlántico. Y además, solo se puede degustar en el restaurante. “Nos inventamos esta receta para incorporar un manjar como es el atún de Almadraba a nuestra carta”.
Seguimos hablando del mar. En este sentido la carta también incluye novedades suculentas como el pincho de corvina especiado con Ras el Hanout a la barbacoa o el cous cous Moulay Bousselham, es decir, cous cous costero de corvina con verduras y cilantro.
Es época de berenjenas, producto local que está presente en la ensalada Palmyra, en la que también hallamos ajo negro, yogur griego, albahaca, eneldo fresco, estragón fresco y pimiento rojo. El pomelo es otro de los frutos de temporada que podemos encontrar en la ensalada Sebu, que consta de pomelo rojo, escarola, lechuga roja, tomates cherry, nueces, pasas y queso feta.
De entrantes, para compartir o probar de forma individual, se incorporan a la nueva carta, entre otros platos, delicias con nueces, nutritivas y saludables, presentes en los breauts de queso labaneh y nueces, triángulos crujientes rellenos de labaneh libanés con nueces y salsa de za´atar.
En el apartado especialidades de la casa el comensal encontrará, entre otros platos, el Kurat Lahm al sardin, un tagine de albóndigas de boquerones en una salsa ligeramente picante con perejil. La sufa de pollo es otra de las novedades de la carta.
El el apartado de tagine, el comensal podrá probar nuevas recetas como el tagine oasis, de carne de ternera especiada acompañada de piña y albaricoques o el Kuzu Tandir de cordero con ajo negro.
Como no podría ser de otra forma El Jardín del Califa mantiene platos clásicos de la carta como la pastela, la magluba, el mezze del Califa – ideal para compartir – las berenjenas de Aleppo, la parrillada de carnes a la barbacoa y otros ricos manjares del Medio Oriente.
El menú del Califa es el resultado de más de doce años de colaboración entre Khadija Essaadi (chef ejecutiva y gerente) y James Stuart (co-fundador del Califa). Khadija es una innovadora y experimentada chef del área de Rabat, en Marruecos, donde James estuvo varios años trabajando como guía de montaña y viviendo en Oriente Medio en su infancia. Combinando su experiencia y su entendimiento de la cultura medio-oriental han creado una rica variedad de platos exóticos así como exquisitos.
La filosofía del Grupo Califa es usar los ingredientes locales más frescos y, en la medida de lo posible, que sean orgánicos. En El Jardín del Califa se usan solo huevos de corral y carnes orgánicas (la ternera es de la raza local, la retinta). El 95% de las verduras y hortalizas que se utilizan son de huertas cercanas de la provincia gaditana y, al menos el 60% -dependiendo de la estación- son orgánicas. Para elaborar los dulces caseros se usan solo azúcares orgánicos certificados de la Sierra de Málaga.